Dado el carácter rural y las importantes dimensiones del terreno, el proyecto plantea extender la pinada presente en la parcela creando un parque interior en donde situar las habitaciones de los residentes en contacto directo con el entorno arbolado y aterrazado según la topografí́a, dejando las zonas comunes en el frente de fachada en relación con la trama urbana.
El programa que se estructura en 4 unidades residenciales de 30 habitaciones con condicionantes muy estrictos de control visual desde la cabecera de cada una de ellas y la necesaria economí́a de espacios de paso aconsejan ir a una solución en naves longitudinales en peine de una sola planta con distribución a dos caras con la incidencia de las orientaciones matizada por el arbolado de las plataformas exteriores.
Se busca así favorecer la independencia y aislamiento de las habitaciones abiertas a los jardines y a través de estos al pueblo, evitando cualquier desarrollo en claustro que pueda tener un carácter autorreferencial inadecuado para un centro de la tercera edad.
La vida de dí́a y las relaciones con el exterior se concentran en un pabellón de dos plantas situado en la esquina de acceso, en el punto más bajo de la parcela con una plataforma exterior que contiene el vestíbulo a doble altura. El comedor, cafeterí́a y estar general en la planta primera a cota de las habitaciones abierto a terrazas voladas al sur y oeste en un conjunto autónomo que conforma el frente urbano.