Se trata de un solar ganado a la ladera sur del cerro de Chichilla frente a la autoví́a, en un entorno totalmente deteriorado, con un paisaje a sus espaldas degradado de medianerías de 4 y 5 plantas al descubierto de edificios de los años 80 «dejados caer» frente a la antigua carretera, con una calle de acceso en pendiente en su lado Este y el volumen de un Polideportivo al Oeste, más la previsión de un campo de fútbol cuya tapia trasera ha de ser común con la del centro en su frente Sur. En definitiva un entorno tal que obliga al edificio a poner orden dentro de sus posibilidades, como primera premisa antes de ocuparse de resolver el programa funcional.
Como solución se plantea un edificio en L de dos plantas cerrando una U con el volumen del Polideportivo a modo de muro que consolida la ladera y tapa el impacto visual de las medianerí́as, dejando los patios de juego al Sur en contacto con la futura explanada del campo de fútbol. Por otra parte, la continuidad de muros ciegos y cuerpos cerrados de hormigón, donde participa activamente el volumen cerrado del gimnasio pretenden conformar un conjunto contenido, geométrico y muy potente desde el exterior en respuesta a la degradación del entorno.
Esta disposición permite situar los pasillos de las 8 aulas a Norte cerrados a las medianerías y al viento dominante con un muro ciego que se levanta para ganar altura como pantalla visual y para bañar los pasillos de luz indirecta, todas las aulas quedan así orientadas al Sur y a las vistas lejanas al paisaje, tanto en planta primera como en planta baja donde se sitúan las 5 aulas específicas, biblioteca y secretaría. El resto del programa se resuelve en el bloque Este cerrando la L hacia la calle de acceso con un conjunto de cafeterí́a, comedor, cocina, vivienda del conserje en planta baja ligado al acceso y al porche y el pabellón de gobierno en planta primera.