El solar está situado en el casco histórico de la ciudad, en un entorno «la punta del Parque» donde a principios del siglo pasado se produjo la autentica transformación urbana que dio lugar al ensanche de la ciudad de Albacete y que generó un paisaje urbano continuo característico de la arquitectura ecléctica de la época, arquitectura que hoy subsiste solo en parte tras la sustitución desordenada y caótica de gran parte de los edificios, producto de la especulación de los últimos años.
La edificación se levanta en un vacío existente en esta trama con su fachada al norte dando a una estrecha calle de 16 metros que desemboca en la plaza circular donde arranca el parque de la ciudad, medianero con uno de los edificios de la época, obra del arquitecto Fernando Castells; que con sus 3 alturas contrasta con el frente construido al otro lado de la calle, producto de la sustitución de la arquitectura existente, por un edificio de 9 alturas en los años 70. Además la ordenanza actual permite la construcción de 5 alturas mas ático retranqueado, lo que genera necesariamente una medianería al descubierto por encima del edificio histórico visible desde la plaza.
El proyecto pretende resolver ante todo esta suma de situaciones contrapuestas atendiendo esencialmente a su carácter urbano y a la actualidad de las soluciones técnicas y constructivas.
CARACTERÍSTICAS ESENCIALES DE LA PROPUESTA
1. Condiciones de lugar y normativa
2. Se retranquea la edificación en sus laterales para mantener una distancia de respeto con las edificaciones colindantes. Se aplana la cubierta manteniendo la superficie construida y se retranquea la fachada en su parte superior para formar la terraza del ático
3. Se encaja la fachada como un volumen insertado en el vacío que previamente se ha preparado
4. Disponemos una piel de paneles traslúcidos correderos en la fachada para obtener privacidad y evitar la visión frontal
La intervención se plantea así como un hecho autónomo del medio donde se inserta, una vez resuelto el tránsito entre medianeras, el volumen flota libre, con un lenguaje consecuencia de la invención de un objeto útil, ligero y de gran escala, con una composición cambiante frente a la densidad y significado de las fábricas que lo rodean.
La piel tiene la doble función de ser, por un lado, un captador de luz, y por otro, asegurar la intimidad de los espacios interiores y evitar la visión frontal del edificio al otro lado de la calle. Para ello, se disponen las máximas aperturas deslizantes en el frente de fachada, a modo de grandes balcones, protegidos por vidrios extraclaros. Y una doble fachada exterior con pasarelas de limpieza y paneles motorizados de vidrio traslúcido, que actúan como cortinas móviles.
El programa residencial, ha de resolverse entre una calle estrecha a norte, frente a un edificio de 9 alturas y un patio de manzana a sur, en donde emergen las fachadas posteriores de las edificaciones que recaen al parque. O de otro modo, entre la obligatoria interiorización y la necesidad de luz. La solución adoptada es a base de tres bandas longitudinales norte-sur, de forma que el recorrido de la luz estira las plantas en espacios continuos, noche y día, ensanchando visualmente los límites construidos hacia la ciudad.
Interiormente el espacio se dilata buscando la necesaria continuidad entre los límites de ambas fachadas, enhebrado por un sistema constructivo de revestimientos de madera, empanelados y grandes puertas correderas, para hacer patente la unidad espacial en donde se insertan localmente las piezas cerradas de dormitorios y baños.
PREMIO EXTRAORDINARIO COACM CASTILLA LA MANCHA ARQUITECTURA 2010-2020