La parcela está situada en la costa sur de Ibiza entre un altozano boscoso y un acantilado de 70 metros de altura que desciende con una fuerte pendiente hacia el mar desde donde es visible por la condición de borde del peñón sobre el que se sitúa la edificación. Tanto su orientación como el intenso arbolado de pino carrasco y monte bajo característico de la zona que protege su lado norte, el microclima mediterráneo y las extraordinarias vistas a la bahía abierta entre dos promontorios hacen del lugar un mirador privilegiado.
El encargo en principio se planteo como la terminación de una estructura existente construida, de planta simétrica, a modo de palacete posmoderno, profusión de pilares, remates con estructuras piramidales y un basamento ciego resultado del movimiento de tierras para explanar a la cota más baja en donde se insertaba la construcción. todo ello hacía inviable la continuidad con lo existente si se quería aprovechar las extraordinarias condiciones del lugar con una arquitectura que aspirara a interpretarlo.
ESTRUCTURA ANTERIOR AL DERRIBO ESTADO DE LAS OBRAS EN 2011
De acuerdo con el propietario se decidió demoler el cuerpo sur de la estructura existente manteniendo el frente norte como contención de tierras y apoyo de la plataforma a nivel del acceso volada como un mirador sobre el terreno del derribo donde situar la planta útil para distribuir el programa de la vivienda. Bajo esta planta en el lado sureste se desarrolla una segunda plataforma apoyada en la cota baja del terreno y volada sobre el acantilado para las actividades ligadas al baño, la gimnasia, los juegos y el ocio. En el lado suroeste, en cambio, se recompone la topografía del terreno en forma de loma poblada de pinos que asciende desde el borde del barranco hasta la plataforma superior, protegiendo del poniente a la terraza de los dormitorios situados en esa orientación.
La planta de la vivienda se distribuye en base a tres bloques independientes sobre un plano continuo de manera que las áreas de dormitorios, despacho y cocina quedan aislados y con tratamientos independientes: madera en tabla, tableros lacados y panelados de aluminio.
Frente a la potencia del paisaje, se ha huido en todo momento de cualquier reinterpretación de la arquitectura vernácula cerrada y protectora, a cambio unos voladizos de hormigón blanco subrayan el carácter de mirador potenciando la presencia del lugar hacia donde se expande el espacio interior , confiando la protección a la cubierta volado sobre la planta , los paneles continuos de vidrio aislante ,las contraventanas exteriores en los espacios cerrados y el uso generalizado de cortinas como particiones del espacio interior y tamiz de la luz exterior.